GAMA YAMAHA EC-03 ELÉCTRICA

La eléctrica scooter de Yamaha EC-03 es un vehículo eléctrico que llama la atención. Cuando lo hemos visto en los salones, expuesto en lo alto de un podium, entre focos, azafatas y motos eléctricas de última generación, el aspecto de pieza de alta tecnología es evidente. Puesto en la calle recobra un poco el aspecto de bicicleta eléctrica, de algo más accesible a “los simples mortales” que una concept-bike. Pero sigue siendo un vehículo llamativo y con cierto “look Guerra de las Galaxias”.

La motocicleta eléctrica es pequeña, muy ligera y compacta. La eléctrica moto pesa 56 Kgs gracias, entre otras cosas a su chasis de aluminio. Lleva un motor que alcanza 1,4 Kw de potencia (1,9 Cv) y un para motor constante desde 280 rpm de 9,6 NM. El motor, la unidad que Yamaha denomina YIPU, va directamente en el cubo de la rueda trasera de la moto eléctrica y la gestiona un miniordenador conectado al puño del acelerador y al pequeño cuadro de mandos.

El motor requiere 50 V para funcionar. Lleva una batería de iones de litio que requiere una carga de entre 6 y 7 horas desde plena descarga a plena carga y con “los llenos hechos” tiene una autonomía aproximada de entre 20 y 30 Kms. Para cargarbla eléctrica scooter necesitas sólo un enchufe normal de 220 V, ya que la Yamaha lleva su propio cargador incorporado con un enchufe bajo el asiento.

La parte ciclo tiene su lógica. No es que la marca de motos eléctricas Yamaha haya querido que el EC-03 parezca una bicicleta sofisticada: es que en un ciclomotor eléctrico, cuanto menos peso, más autonomía (en realidad, en cualquier vehículo, aunque en uno de gasolina no es tan crítico este asunto). Por eso, las ruedas de la motocicleta eléctrica han sido específicamente diseñadas para este ciclomotor eléctrico.

Tambores de freno sistemas más simples y ligeros que los discos en ambas ruedas y unas ligerísimas suspensiones, con una mini-horquilla invertida y un sólo amortiguador en el lado izquierdo (donde el propio “cárter” hace de basculante) que mejoran el comportamiento y hacen que el scooter eléctrico EC-03 sea capaz de circular a su velocidad máxima con seguridad. Sencillez y ligereza, pero sorprendentemente efectiva cuando te montas.

CÓMO SE COMPORTA EN CARRETERA

Como has visto, empecé esta prueba titulándola “al principio de los tiempos”. Luego, bajo ese titular te he contado porque veo yo en el EC-03 similitudes con aquellas motos de los primeros días de la historia de la moto, pero lo cierto es que ese titular se me ocurrió mientras la probaba. Montado en ella me recordó a aquellos ciclomotores “de verdad” de inicios de los 70 que, años después tuve oportunidad de probar. En concreto me recordaba a una Mini-Montesa (no se si la recordarás, pero era una de aquellas tipo “Vespino”) que tuve ocasión de semi-restaurar hace unos años. Igual de tamaño, muy parecida de posición, de similares prestaciones…pero infinitamente más suave, más fácil y mejor en todos los aspectos, claro está.

Te subes en ella, le das al contacto, como en cualquier moto eléctrica, y se enciende el cuadro con un pitido. El cuadro te da la indicación “push”, de forma que hasta que no pulsas el botón “power”, uno de los tres que hay en la base del cuadro, no arranca. Cuando lo pulsas, el cuadro ya se enciende definitivamente, con la indicación del nivel de batería, los dígitos de velocidad preparados y el totalizador de kilómetros (también tiene parcial, este aparece pulsando un botón). Tiene dos modos de funcionamiento: el normal y “power”.

Depende del último uso, de en cuál de las dos posiciones lo hayas dejado para que arranque en ese modo. Conmutan con el mismo botón que hemos pulsado para arrancar y la diferencia entre ambos es mucha: de 30 a 49 Km/h de máxima velocidad y de 30 Km de autonomía a unos 20. Puedes cambiarlos en marcha y la sensación es graciosa: parece que metes el “mini-turbo”; vas con el cuentakilómetros oscilando entre los 30 y 31 km/h y de repente empuja sin parar hasta los 49 km/h, en llano o bajando, claro. A los 45 km/h enciende un led rojo bajo el que lees “warning”: ya vas muy rápido.

Es cómodo, el asiento, pequeño, es suficiente para cortos desplazamientos, las estriberas estás en buena posición y sobre todo la sensación de ligereza es total. De hecho en Yamaha han hecho un trabajo excepcional equilibrando los pesos de todos los componentes de la eléctrica moto para que, a pesar de la ligereza y la simplicidad de su equipamiento de ciclo este “yamahita” se comporte dignamente. Eso si, ojo con los baches, por que si son suficientemente grandes parece que “se te comen”. Cargar la eléctrica scooter es tan fácil como abrir el asiento y sacar el cable que viene enrollado en su sitio, enchufarlo a cualquier toma de 220 v y dejarla así hasta que en unas horas vuelvas a cogerla.

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