En la actualidad los coches eléctricos tienen más protagonismo en nuestras carreteras, sobre todo por el gran impacto que el uso de combustibles fósiles está teniendo en nuestro planeta. Las empresas de la industria del motor están apostando por la electrificación de sus modelos. Esta nueva forma de movilidad urbana tiene como principal objetivo reducir estas emisiones y acabar con la dependencia de recursos no renovables. La tecnología que mueve los coches eléctricos evoluciona a pasos agigantados y cada vez hay más modelos en el mercado, pero los coches ecológicos tienen en su contra algunos mitos muy difundidos que no en todos los casos son ciertos.
Mitos de los coches eléctricos
–No contaminan. Si es cierto que los motores eléctricos no emiten polución por el tubo de escape pero lo que sí contaminan son las centrales eléctricas que generan la electricidad necesaria para que funcionen, por lo que para minimizar el impacto en el medio ambiente hay que potenciar la producción de energía renovable. También contamina la producción de baterías.
-¿Un coche híbrido o eléctrico inundado genera peligro de electrocución? En CESVIMAP han desarrollado varias pruebas de seguridad, entre ellas sumergir en el agua el conjunto motor y los sistemas eléctricos de un modelo electrificado. La temida electrocución no se produce.
-La reparación de un vehículo eléctrico es más sencilla. Esta afirmación es cierta, pero algunas operaciones demandan mayor cualificación. Además, se precisan operaciones adicionales: puesta en seguridad del sistema de alta tensión, por un técnico especialista en riesgos eléctricos, HVT; desconexión del sistema de enfriamiento, mangueras y otras conexiones; y verificación del aislamiento y de la ausencia de tensión.
-Ante un accidente, el vehículo electrificado es menos seguro y arde. Arde, cierto, pero también lo hace un vehículo de combustión tradicional. La realidad es que los vehículos electrificados han de cumplir unos requisitos de seguridad en cuanto a diseño estructural y de las propias baterías muy rigurosos.
–Son más lentos. Los vehículos eléctricos superan ampliamente los 120 km/h. Por ejemplo, el ‘Hyundai Kona EV’ llega a los 167 km/h y acelera de 0 a 100 en 7,6 segundos, con una batería de 64kWh y una potencia de 204 CV (más que suficiente para la velocidad a la que se puede circular por carretera). El pasado septiembre el superportivo ‘GXE 2019’ logró batir la velocidad máxima para un coche totalmente eléctrico al alcanzar prácticamente los 338 km/h. 6.
-La reparación de la carrocería de un eléctrico es menos segura. No, según la CESVIMAP los procesos de reparación de carrocería de un vehículo eléctrico son los mismos que los que se llevan a cabo con un modelo convencional. En general, las técnicas de reparación son muy similares aunque sí es necesario una formación previa del técnico de carrocería para evaluar la seguridad de la reparación e identificar los sistemas eléctricos.
-Aceleran peor. Al contrario, de hecho, la aceleración del coche eléctrico supera la aceleración de un coche de combustón con la misma potencia ya que el vehículo eléctrico entrega la potencia de forma instantanea para acelerar desde parado mientras que el de combustión es una entrega de potencia paulatina.
-Las baterías se dañan al introducir el vehículo en la cabina de secado. No. Distintas pruebas termográficas realizadas por especialistas de CESVIMAP demuestran que no es así. Además, el secado en cabina se efectúa mediante ciclos de secado cortos, en los que no superan los 60°C (y el interior del vehículo nunca alcanzará la temperatura de las piezas exteriores).
-Todos los vehículos serán eléctricos en 2030. El CESVIMAP desmiente que en 2030 todos los vehículos serán eléctricos. La cifra de vehículos híbridos podría alcanzar, en 2025, el 40% de las ventas en nuestro país. Según análisis de la organización, el parque de vehículos híbridos y eléctricos en 2025 podrá ubicarse entre un 5% y un 7%.
La realidad de los coches eléctricos
–La mitad del precio del coche son las baterías. Si que es cierto que las baterías son la principal causa de los altos precios de los coches eléctricos y el problema es el tipo de baterías que se usan en la actualidad en los vehículos eléctricos. Las baterías de iones de litio utilizan cobalto, como todos los aparatos eléctricos como los móviles, televisores y cualquier otro aparato eléctrico, material que ha disparado sus precios en los últimos años.
–Los talleres necesitán personal cualificado, por lo que habrá que invertir en formación sobre vehículos electrificados y adaptar los talleres y box especializados a los vehículos eléctricos. Será preciso apostar por herramientas específicas de diagnosis para operaciones con baterías y familiarizarse con equipos de protección exclusivos para baja tensión.
–El coste del mantenimiento será menor. Esta es una realidad indudable. Según datos de CESVIMAP, la reducción del beneficio por mantenimiento será de un 75% de la mecánica y un 55% de recambios. En el lado positivo, podrá subir la cuantía de trabajos derivados de la garantía del vehículo (+5%) y de carrocería y pintura (+5%).
–Les afecta el clima. La temperatura a la que mejor funcionan los coches eléctricos está en torno a los 15 o 20 grados, hay que usar la calefacción o la refrigeración para mantener la batería en esa temperatura. Si hace demasiado frío hay que calentar el coche (mientras está enchufado) para que la batería tenga más carga al arrancarlo, ya que puede caer el rendimiento aunque ya hay modelos de coches eléctricos que incorporan sistemas de refrigeración liquida para paliar estos problemas. Por su parte, la lluvia no constituye ningún problema o peligro.
–Hay pocos puntos de recarga. La red de recarga pública es todavía demasiado corta aunque se esta ampliando. Repsol tiene 230 puntos y 1.000 terminales de ámbito privado y ya ha comenzado la lucha entre las eléctricas para incorporar puntos de carga para el coche electrico. Algunos fabricantes ofrecen puntos de recarga en ciertos concesionarios. Otra opción en la que se está empezando a trabajar es la de incorporar placas solares en la carrocería del vehículo.
–Recargar quita más tiempo que repostar. Llenar un depósito de gasolina lleva apenas cinco minutos, pero recargar un coche eléctrico lleva mucho más tiempo, aunque también se está avanzando en rebajar el tiempo de carga, la media para recargar un coche eléctrico hasta el 80% de su capacidad de carga es de unos 30 mint, reduciendo este tiempo con los sistemas de carga super rápida.
–Son mejores para la ciudad. Dado que los vehículos eléctricos no emiten gases contaminantes y son más silenciosos, utilizarlos en los núcleos urbanos supondría una gran mejora de la calidad del aire y de la contaminación acustica de las ciudades respecto a los vehículos de combustión.